¡Si no puedes leer el lenguaje corporal, te estás perdiendo la mitad de la conversación!
Los grandes Líderes lo saben.
Hoy no sólo hay que aprender a enviar las señales correctas, sino también a leerlas.
¿Sabías por ejemplo que utilizar las manos correctamente al hablar, hace que el resto entienda mucho mejor tu mensaje?
¿O que una postura de poder antes de comenzar algo desafiante, hará que tu confianza y credibilidad aumente?
El gran consultor y profesor de negocios austriaco, Peter Drucker lo decía “Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice”
¡Utiliza tu cuerpo para ganar poder e influir en los demás!
Acá te comparto 5 imprescindibles que utilizan los líderes para aumentar tu visibilidad y credibilidad
1.-Usa una postura de poder. Entra siempre con seguridad y confianza: Antes de hablar ya estás comunicando. El efecto de la primera impresión no se borra jamás. Si llegas a una reunión con una postura derecha, abierta, hombros relajados, pasos firmes y haces contacto visual, dejarás una gran impresión. La gran psicóloga Amy Cuddy habló del efecto poderoso que tiene una postura de poder. Si proyectas seguridad con tus postura, aumentarás la hormona de la testosterona, que te dará confianza y credibilidad. Además, una postura poderosa permitirá que proyectes mejor la voz, que es considerada la “gran aliada de tu comunicación”.
2.-Proyecta autoridad con tu voz: Una voz alta y bien proyectada, tiene más peso que una baja y apagada. El volumen es el reflejo de tu seguridad y la energía que utilices, te dará mayor autoridad. Utiliza tu voz para influir. Tus mensajes viajan a través de tu voz y debes potenciarla: utiliza matices para generar ritmos en tu relato, usa las pausas para enfatizar tus ideas y no corras con la voz. Los grandes comunicadores no le temen al silencio y saben que la voz es la gran herramienta para conectar con la audiencia.
3.-Ocupa los sitios más visibles al poder, siempre que puedas. No te escondas, no te sientes en los extremos de las mesas, en el último asiento o en la última fila. Eso también habla de ti. Estás en la reunión y los demás deben notarlo. La primera confianza parte contigo. Y si puedes hablar de pie, mucho mejor. El efecto será inmediato.
4.-Mantén el cuerpo abierto, no pongas barreras con tus brazos y objetos: Todo lo que resta en tu comunicación , debes eliminarlo. Evita cruzar los brazos, las posturas cerradas, las manos en los bolsillos o taparte con carpetas y objetos cuando entras a una reunión. Mientras más limpia esté tu comunicación, más posibilidades vas a tener para impactar y conectar con tu mensaje.
5.-Utiliza tus manos al comunicar . Según un estudio que realizó el catedrático de la Universidad Colgate en Nueva York, Spencer Kelly, las personas retienen más información cuando escuchan a líderes que utilizan las manos al comunicar. Estos gestos deben de ser firmes y claros, para proyectar poder y seguridad. Evita esconder las manos debajo de la mesa que te quitan credibilidad. Las manos deben estar visibles para reforzar tu mensaje. Si haces una presentación, todos deben sentirse incluidos. Para eso recuerda. tener tus brazos extendidos con las palmas hacia arriba y hacer contacto visual con tu audiencia. Este es el gesto ideal para transmitir un mensaje de que “estamos juntos en esto”.
6.-Sonríe. Cuando comunicas lo haces no solo con las palabras, sino también con tu rostro, mirada, manos, gestos y postura corporal.Y también con tu sonrisa. Deja atrás la creencia de que la sonrisa no está relacionada con la profesionalidad. Cuando sonríes, empatizas. Cuando sonríes, generas “Rapport”, técnica utilizada por la Programación Neurolinguística, que es clave para influir en los demás. El escritor y motivador norteamericano Jay Danzie, decía que “tu sonrisa es tu logo, tu personalidad, tu marca personal”. La sonrisa es un elemento importante en un orador. Entre otras cosas, porque la distancia más corta entre dos personas es, precisamente, la sonrisa. Cuando sonríes te muestras más cercano, más amigable, pero también más tranquilo y más seguro de ti mismo, porque si alguien no está seguro no sonríe.
El hecho de sonreír no debe interpretarse como falta de seriedad, al contrario, es un elemento que va a ayudarte precisamente a empatizar y conectar con tu público objetivo. Imprescindible en todo orador.